El Canal de Dios, una de las obras de ingeniería hidráulica más importantes del siglo XX, cumple 47 años de su construcción. La obra, que nace en Salta y desvía el río Salado, recorre casi 300 kilómetros para proveer de agua a una vasta región del Chaco y Santiago del Estero. La gesta fue llevada a cabo por personal de Vialidad de la provincia, quienes enfrentaron enormes dificultades en el terreno. Según relata Roberto Carabajal, uno de los operarios, el proyecto se concretó gracias al incansable trabajo y la visión del ingeniero Juan Berrón. Carabajal recuerda la emoción del día de la inauguración, cuando la llegada del agua a Monte Quemado fue un evento celebrado por toda la comunidad.

Sin embargo, la historia de la obra también está marcada por una tragedia. El 7 de marzo de 1978, un accidente fatal cobró la vida de tres operarios de Vialidad, una fecha que los sobrevivientes de esa época conmemoran anualmente. Carabajal, quien participó en la construcción, se emociona al hablar de la complejidad y la importancia de esta obra, que considera un hito para la provincia. La construcción del canal no solo significó un avance técnico, sino que también transformó la vida de miles de familias al llevarles un recurso vital a una de las zonas más inhóspitas de la región.

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